martes, 18 de octubre de 2011

“LA ILÍADA” DE HOMERO”

Troya era una ciudad de Asia Menor, que los dioses Apolo y Poseidón habían fundado en una colina situada en el valle del río Escamandro. Rica y poderosa, era gobernada por el rey Príamo, padre de numerosos hijos, entre los cuales descollaban Héctor, por su valor, y Paris, por su hermosura.
 En un viaje a Grecia, Paris visitó la ciudad de Esparta, cuyo rey Menelao le dispensó cordial hospitalidad. El huésped, aprovechando una ausencia de Menelao, huyó con la mujer de éste, Helena, la más hermosa de la tierra y se llevó consigo los tesoros del rey.
El poderoso rey de Mecenas, Agamenón, hermano de Menelao, solicitó el concurso de todos los príncipes de Grecia para repatriar a Helena y vengar la humillación inferida a su hermano.
Los griegos acudieron al llamado y pudo reunirse un ejército de 100.000 guerreros al mando de famosos héroes como: Agamenón, Menelao, Néstor, Ayax de Temalón y Palamedes de quien se dice, haber inventado el alfabeto, Macaón, que conocía el secreto de curar todas las enfermedades, y los dos más notables: Ulises, rey de Itaca, célebre por su astucia, y Aquiles, rey de los mirmidones, el más valiente de los griegos y a quien su madre, la diosa Tetis, había hecho invulnerable excepto el talón.
La expedición reunida en Aulis (Beocia) tardaba en partir a causa de los violentos vientos contrarios, que se suponía habían desatado los dioses. Con el fin de propiciarlos, Agamenón hizo el sacrificio de su hija Ifigenia; pero se contaba que al momento de sacrificarla había sido salvada por Artemisa o Diana que puso una cierva en el lugar de la joven.
Verificada la travesía del mar Egeo, los griegos establecieron su campamento en las vecindades de Troya. La ciudad enemiga defendida por Héctor contaba con el apoyo de los pueblos vecinos del Asia Menor.
El sitio de la amurallada Troya se prolongó sin éxito por el espacio de diez años, los enemigos se batían constantemente en una pequeña llanura situada delante de la ciudad y en los combates tomaban parte los dioses, que se habían abanderizado en uno y otro campo.

Tomado de la publicación del Profesor Juan Luis Carreras M.
 profesorjlcarreras.blogspot.com
Preguntas de selección múltiple
1. De quien era hijo Aquiles.
a. El dios zeus 
b. la diosa Tetis.
c. la diosa Artemisa.

2. Troya era una ciudad de:
a. Europa.
b. Asia.
c. Oceanía.

3. por cuánto tiempo se prolongó la amurallada Troya.
a. 15.
b. 20.
c. 10.

4. de dónde era helena.
a. Grecia.
b. Atenas.
c. filipinas.

5. A quien que le robo parís.
a. Agamenón.
b. Menelao.
c. Temalón.

6. Que se robó parís.
a. La mujer y la copa del rey.
b. La mujer y la corona del reino.
c. La mujer y los tesoros del reino.

7. La expedición tardo por:
a. La furia del mar.
b. Los vientos violentos.
c. La falta de alimentos.

8. Quien defendía la ciudad.
a. Aquiles.
b. Ulises.
c. Héctor.

9. Quien fundo la ciudad de Troya.
a. Los dioses.
b. los reyes.
c. El pueblo.


El mio cid

Cantar primero
Destierro del  Cid

El rey Alfonso VI de Castilla y León envía al Cid para cobrar las parias del rey moro de Sevilla. Éste es atacado por el conde castellano García Ordóñez. - El Cid, amparando al moro vasallo del rey de Castilla, vence a García Ordóñez en Cabra y le prende afrentosamente.- El Cid torna a Castilla con las parias, pero sus enemigos le indisponen con el rey. - Éste destierra al Cid.
Envió el rey don Alfonso a Ruy Díaz mio Cid por las parias que le tenían que dar los reyes de Córdoba y de Sevilla cada año. Almutamiz, rey de Sevilla, y Almudafar, rey de Granada, eran en aquella sazón muy enemigos y se odiaban a muerte. Y estaban entonces con Almudafar, rey de Granada, unos ricos hombres que le ayudaban: el conde García Ordóñez y Fortún Sánchez, el yerno del rey don García de Navarra, y Lope Sánchez, y cada uno de estos ricos hombres con su poder ayudaban a Almudafar, y luego fueron contra Almutamiz, rey de Sevilla.
Ruy Díaz el Cid, cuando supo que así venían contra el rey de Sevilla, que era vasallo y pechero del rey don Alfonso, su señor, lo tomó muy a mal y le pesó mucho; y envió a todos cartas de ruego para que no viniesen contra el rey de Sevilla ni le destruyeran su tierra, por la obligación que tenían con el rey don Alfonso (y les decía que si, a pesar de todo, querían hacerlo, supiesen que no podría estarse el rey Alfonso sin ayudar a su vasallo, puesto que era pechero suyo)El rey de Granada y los ricos hombres no atendieron en nada a las cartas del Cid, y fueron todos con mucha fuerza y destruyeron al rey de Sevilla toda la tierra hasta el castillo de Cabra.
Cuando aquello vio Ruy Díaz reunió todas las fuerzas que pudo de cristianos y de moros, y fue contra el rey de Granada para echarlo de la tierra del rey de Sevilla. Y el rey de Granada y los ricos hombres que estaban con él, cuando supieron que iba con ese ánimo, le mandaron a decir que no se marcharían de la tierra porque él lo quisiera. Ruy Díaz, cuando aquello oyó, pensó que no estaría bien el no acometerlos y fue contra ellos y luchó con ellos en el campo, y duró la batalla campal desde la hora de tercia hasta la de mediodía, y fue grande la mortandad que allí hubo de moros y de cristianos en la parte del rey de Granada, y vencióles el Cid y les hizo huir del campo. Y cogió prisionero el Cid en esta batalla al conde García Ordóñez y le arranchó un mechón de la barba y a otros muchos caballeros y a innumerables guerreros de a pie. Y los tuvo el Cid presos tres días, y luego los soltó a todos. Después de haberlos cogido prisioneros mandó a los suyos recoger los bienes y las riquezas que quedaron en el campo, y luego se volvió con toda su compaña y con todas sus riquezas adonde estaba Almutamiz, rey de Sevilla y dio a él y a todos sus moros todas las riquezas que reconocieron como suyas y aún de las demás que quisieron tomar. Y de allí en adelante  le llamaron moros y cristianos a este Ruy Díaz de Vivar el Cid Campeador, que quiere decir batallador.
Almutamiz le dio entonces muchos buenos regalos y las parias que habían ido a cobrar. Y tornase el Cid con todas sus parias hacia el rey don Alfonso, su señor.


Cuestionario de selección múltiple
1.    Quién ataco al rey moro de Sevilla?
A) Almutamiz
B) El Batallador
C) Por el Mio Cid
D) El Conde Castellanos García Ordoñez
                                 
2.    A que hace referencia cuando habla de parias
A) A algún tipo de ganado en ese estado
B) Impuesto que pagaban los reinos
C)  Mercancía que estaba en otro reino, y había que traerla
D) Presentes que se hacían los reyes amigos

3.    Quién venció a García Ordoñez?
A)  Fortún Sánchez
B) El Rey Alfonso
C) Almutamiz
D) El Cid

  1. Por qué el Cid recibe el nombre de batallador?
A) Por ser indiferente con los moros
B) Porque ayudo a  los moros y venció
C) por ser poco luchador
D) ninguna de las anteriores

  1.  A quien tomo prisionero el  Cid?
A) Al Conde García Ordoñez
B) Almutamiz
C) Al campeador
D) A los moros

  1. Qué hizo el Cid con su prisionero mayor?
B)  Le arranco un mechón de la barba
C) Lo dejo libre después de unas horas
D) Ninguna de las anteriores

  1. Qué hizo el Cid con todos sus prisioneros?
A) Les quito una parte de su cuerpo
B) Los encerró en un cuarto oscuro
C) Después de tres días los de libres
D) Los dejo libres pocas horas después

  1. El campeador que hizo con las riquezas obtenidas?
A) Las llevo al Rey de Sevilla
B) Las repartió entre sus  guerreros
C) Las tomo para él
D) Las llevo a su amo

lunes, 17 de octubre de 2011

El Lazarillo de Tormes

[El ciego] acostumbraba a poner cerca de sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto lo tomaba y daba un par de besos callados y lo volvía a su lugar. Mas duróme poco, que en los tragos conocía la falta, y por reservar su vino a salvo nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno, que para aquel menester tenía hecha, la cual metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino lo dejaba a buenas noches. Mas como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y en adelante mudó propósito, y asentaba su jarro entre las piernas, y tapábalo con la mano, y así bebía seguro.
Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil, y delicadamente con una muy delgada tortilla de cera taparlo, y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y al calor della luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destillarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada.
Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.
"No diréis, tío, que os lo bebo yo -decía-, pues no lo quitáis de la mano."
Tantas vueltas y tiento dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla; mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.
Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando en el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía, estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora tenía tiempo de tomar de mí venganza y con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, lo dejo caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada desto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me habia caído encima.
Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé. Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavóme con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndose decía:
"¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud".
Y otros donaires que a mi gusto no lo eran.

1. ¿Por qué le dijo el ciego a Lázaro: "Lo que te enfermó te sana y da salud"?
a. Porque después de aquel golpe, ya no bebería vino más veces.
b. Porque en adelante sería más sincero con el ciego y no lo engañaría con el vino.
c.  Porque el ciego que había sido causa directa de su daño ahora le estaba curando la cara.
d. Porque el vino, que había llevado a Lázaro a aquel descalabro, era ahora la medicina usada por el ciego.
e. El ciego no dijo exactamente eso.

2. Juzga si es falsa o verdadera la afirmación siguiente: El ciego se vengó violentamente de Lázaro de Tormes por el hurto del vino.

3. Con qué apodo familiar llama Lázaro al ciego en este fragmento?

4. El Lazarillo está narrado...
a. Por uno de los personajes secundarios
b. En primera persona de singular
c. alternamente en primera y tercera persona.

5. ¿Qué le pareció a Lázaro que le había caído encima cuando el ciego consumó su venganza?

6. ¿Por qué Lázaro cerraba los ojos un poco cuando estaba bebiendo el vino?
a. Porque temía el castigo del ciego si le descubría.
b. Porque tenía sueño.
c. Para mitigar el frío reinante.
d. Para saborear mejor el vino.
e. Por una razón diferente de las apuntadas.

7.¿Con qué tapó Lázaro de Tormes el pequeño agujero del jarrillo?
a.  Con una delgada tortilla de arcilla
b.  Con los dedos
c. Con barro natural
d.  Con un poco de cera
e. No hacía falta taparlo, pues era muy fino.

8. ¿Por qué desiste Lázaro de utilizar una paja para sorber el vino del ciego?
 a. Porque el ciego había encontrado la paja y se había dado cuenta de lo que Lázaro pretendía.
b. Porque el ciego era muy desconfiado.
c. Porque Lázaro la había perdido en uno de sus viajes
d. Porque el ciego tapaba el jarro con las manos.
e. Por una razón diferente de todas las expresadas

9. ¿Qué hizo el ciego cuando descubrió la perforación del jarrillo hecha por Lázaro?
a. Disimuló como si no hubiera descubierto nada.
b.  Llamó a Lázaro a grandes voces para castigarlo.
 c. Propinó unos golpes muy fuertes a su lazarillo.
d. Se desesperó y maldijo en repetidas ocasiones.
e. Ninguna de las anteriores


http://endrino.pntic.mec.es/hotp0061/l_alonso/lazarillo.htm

lunes, 3 de octubre de 2011

Juegos y Pasatiempos

¡OJO A LA OBRA!
LA ODISEA


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